Tuesday, April 12, 2011

2012 FIN DEL MUNDO

 la revista “Arqueología Mexicana” publica amplio trabajo de los periodistas Nikolai Grube y Anthony F. Aveni acerca de las profesías mayas, entre ellas la que dice que en 2012 se acabará el mundo. Reproducimos a continuación fragmentos de los artículos escritos por ambos periodistas en la revista.

Para comenzar con lo más importante: no hay ninguna profecía sobre el fin del mundo en el año 2012 en los códices mayas. En ningún lugar de los tres códices mayas los epigrafistas han encontrado señales de profecías apocalípticas relacionadas con una fecha concreta. Cualquiera que revise los códices mayas en la búsqueda de evidencia para las profecías apocalípticas, como sugieren los seguidores del ámbito esotérico, se desilusionará.

Sin embargo, los autores de los códices estaban preocupados, sin lugar a dudas, por un eventual fin del mundo. Como muchos otros pueblos mesoamericanos, los mayas del Posclásico también concebían múltiples creaciones y destrucciones del universo, y según su cosmovisión el universo actual tampoco iba a existir para siempre. Una visión concreta del fin del mundo se presenta en la página 74 del Códice de Dresde, donde se observa a la anciana diosa Chak Chel regando agua de un cántaro. Arriba de ella está el cocodrilo celeste de cuyas fauces abiertas salen torrentes de agua. En el fondo de la escena está el dios negro, señor del inframundo. En la mitología maya prehispánica, ambos dioses ancianos tienen que ver tanto con la creación del mundo actual como con su destrucción. En las aguas del cántaro aparece la fecha 5 eb’ del calendario tzolk’in, tal vez una referencia a la fecha en que los mayas esperaban la gran inundación.

Nuestra afirmación inicial de que la fecha 2012 en los códices no desempeña ningún papel no debe llevarnos a asumir que el asunto de las profecías sea irrelevante en los códices mayas en general. Casi todas las secciones de los tres códices mayas se dedican a la previsión del futuro. Los códices mayas tienen mucho en común con los oráculos del Antiguo Oriente o de los griegos, en los que la profecía no se distinguía de la adivinación. En la antigüedad, los adivinos que transmitían los mensajes de los oráculos en muchos casos se encontraban en la corte real o en el lugar del culto, como en el más conocido de todos, el de Delphi. Los oráculos respondían a las preguntas y preocupaciones de los seres humanos. En la Roma antigua, la predicción del futuro con base en señales divinas, como el vuelo de un ave o la lectura de los intestinos de animales sacrificados hecha por adivinos especializados, era parte del culto del Estado. La adivinación se distingue de la profecía religiosa en la aplicación de recursos e instrumentos específicos, que permiten atisbar el futuro. Los mensajes proféticos, sin embargo, se dan mediante revelaciones a individuos elegidos por inspiración divina. Tanto en la adivinación como en la profecía se muestra el deseo de obtener poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, también sobre los seres humanos y los secretos de los poderes sobrenaturales.

En las civilizaciones antiguas del Medio Oriente, y también entre los mayas, los conocimientos sobre el futuro se atribuían exclusivamente a los seres divinos. Se pensaba que los dioses enviaban señales, cuya interpretación permitía al ser humano vislumbrar el futuro. Esta idea se basa en la creencia de la existencia de correspondencias entre el macrocosmos y el microcosmos, así como entre la esfera divina y el mundo humano. Los especialistas en las disciplinas adivinatorias registraron conexiones entre los eventos, los valoraron y acumularon así conocimientos cada vez más complejos.

¿Fin del mundo?

El 21 de diciembre de 2012 el sistema calendárico maya conocido como cuenta larga retornará al cero, para reiniciar su ciclo de 1.872,000 días (5,125.36 años). Al acercarse la fecha, proliferan en los medios, la prensa, internet y hasta en películas las profecías asociadas al fin del mayor ciclo temporal de los mayas. Un profeta anuncia: “hay un agujero negro en el centro de nuestra galaxia”; atrae energía, materia y tiempo, al abrirse por primera vez en 26 000 años romperá el equilibrio del sistema solar debido a una singular alineación del Sol con el plano de la Vía Láctea. En 2012, las colosales erupciones de la superficie solar alcanzarán su punto máximo, lanzando hacia la Tierra una cantidad extraordinaria de partículas. Se modificará el eje magnético de nuestro planeta y las consecuencias serán nefastas; la inusitada cantidad de desastres naturales que hemos atestiguado últimamente están relacionados con tales circunstancias. Los profetas que anuncian lo que ocurrirá en 2012 afirman que los mayas predijeron el cataclismo hace siglos.

No todos son tan pesimistas, algunos visionarios opinan que nos espera un despertar radiante, previsto cósmicamente, y que una nueva y clara conciencia colectiva nos permitirá resolver los problemas más apremiantes del planeta. Otro sabio apunta: el solsticio de invierno “se mueve lentamente hacia el corazón de la galaxia”; el 21 de diciembre de 2012 se transformará el mundo al atravesar el Sol la “gran grieta”, fragmento de la Vía Láctea que los mayas consideraban “la matriz de la creación”. Será entonces cuando nos “conectaremos nuevamente con nuestro corazón cósmico”, escribe un tercero. Alegan que todo lo anterior está vinculado con cálculos astronómicos mayas.

Se supone que monumentos como la Estela 25 de Izapa, Chiapas, sitio periférico maya del Preclásico (400 a.C. aproximadamente), son mapas celestes de la alineación galáctica presenciada por los antiguos mayas, y que fueron erigidos para conmemorar el siguiente ciclo de la creación, previsto por los astrónomos mayas con dos mil años de anticipación. Esta interpretación supone que la Vía Láctea fue considerada por los mayas un árbol cósmico, semejante al que vemos en la Estela 25.

Una crítica astronómica
Tan sombrías predicciones pueden refutarse seriamente mediante argumentos científicos y culturales. En primer lugar, desde el punto de vista astronómico, hay poca evidencia de que los antiguos mayas consideraran importante la Vía Láctea. Cuando se refieren a ella la perciben como un sendero. Considerarla como un árbol, a pesar de cuanto se diga, aparece solamente en la etnografía contemporánea.

En segundo lugar, cualquier persona que se tome el trabajo de ver el cielo nocturno descubrirá que la Vía Láctea es una banda ancha, luminosa y lejana que envuelve a la Tierra; poco se parece a su representación en los mapas computarizados que con demasiada frecuencia usan los profetas contemporáneos para especular sobre lo que contemplaban en el cielo los antiguos sabios mayas. Es realmente muy difícil definir el plano galáctico, inclusive cuando el Sol no está alineado a él; no hay manera de predecir exactamente un alineamiento solar-galáctico con más de 300 años de anticipación
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REFERENCIAS:http://www.profecias.name/misc/imagenes/profecias-mayas/profecias-mayas1.jpg

http://v6.yucatan.com.mx/noticia.asp?cx=17$3301000000$4298479&f=20100508

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